Ante el diagnóstico de la enfermedad se te puede caer el mundo encima, tu vida cambia, y en algunos casos los cambios son drásticos, así que me tomo la libertad de darte 10 sugerencias que, a mí, personalmente, me han servido, y además, mucho:

Pase lo que pase pon en duda todo lo que te digan

El diagnóstico de la enfermedad debe ser entregado con mucha mano izquierda. Soltar el diagnóstico cómo quien sirve una barra de pan a en la panadería puede acarrear consecuencias no deseables.

La mayoría de los médicos presentan sensibilidad ante la entrega del diagnóstico cuando este es grave, pero esta sensibilidad debería ser, también, ante enfermedades consideradas no graves. La razón por la que se requiere esta sensibilidad es por el denominado Efecto Nocevo.

El efecto placebo es mucho más conocido que el efecto nocebo, pero tal como está la parte positiva a la que puede inducir una creencia, también está la parte negativa, i ante el diagnóstico de la enfermedad, puede acarrear consecuencias fatales.

Conociendo la existencia del efecto nocebo, divido las responsabilidades en dos partes; los médicos deben tener muy claro que cada palabra que dicen cuando entregan el diagnóstico de la enfermedad debe ser direccionada hacia el positivismo, aunque el diagnóstico sea muy malo, y el paciente debe dudar, sobre todo, del pronóstico negativo, pues en medicina todo es posible.

Contempla otros paradigmas

Contemplar otros paradigmas ante el diagnóstico de la enfermedad, permite ver otras opciones, y ver otras opciones te permite orientarte hacia tu verdad. Para unos la verdad estará en la medicina alopática, mientras que para otros estará en otras opciones. Sea cual sea tu verdad, si la sigues, el efecto placebo juega a tu favor.

Contemplar varias opciones te va a permitir descartar lo que no te parece lógico, aquello con lo que no estás de acuerdo,  y si lo haces bien, despejaras dudas y miedos…

Uno de los paradigmas que personalmente me ha resultado muy esclarecedor por su coherencia son las 5 leyes biológicas que cumplen todas las enfermedades, y además me ha servido para entender el proceso.

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Haz el duelo del diagnóstico de la enfermedad

Ante el diagnóstico se produce una perdida parecida a la que se produciría cuando se muere un ser querido. Evidentemente el duelo va en función de la masa afectiva del diagnóstico de la enfermedad. Cuanto mayor sea la gravedad con que lo vive la persona mayor será el duelo que deberá hacer para gestionarla.

El Duelo consta de 5 fases que se pueden pasar muy por encima o generar la sensación de estar atrapada en ella. Las fases que se producen son;

  • La negación: No te crees el diagnóstico de la enfermedad, tienes la sensación de que lo has soñado…
  • La Ira: Buscas culpables, cosas que has hecho y no deberías, culpas a la comida, a los vicios, a las personas por vivir situaciones difíciles…. Y sientes rabia hacia ti o hacia los otros
  • Negociación: Te das cuenta de que la Ira no te lleva a ningún sitio y sientes desconsuelo no sabes que pasará.
  • La depresión: Te apagas, ves el futuro negro, sin perspectiva, todo es negativo y tienes la sensación de no poder hacer nada, miras hacia atrás y piensas en el “i si hubiera…”
  • La comprensión y aceptación: Comprendes que no tienes otra opción que vivir lo que estás viviendo y que el diagnóstico de la enfermedad es el que es.

Poder identificar en que fase del duelo estás, permite tomar conciencia de su evolución y forzar ese avance por el que debes pasar.

Medita cada día

Meditar cada día reduce la masa afectiva del diagnóstico de la enfermedad, además despeja la mente y permite que las emociones transiten mejor por tu cuerpo.

Meditando consigues mejorar tu diálogo interno, cómo te hablas a ti, y eso permite que poco a poco vayas ganando confianza en el proceso. Además, puedes aprovechar para visualizar cómo quieres que sea tu vida, con desapego, seguridad y con la emoción de sentir que ya estas sano.

Usar la meditación también agiliza el proceso de duelo, lo que permite llegar antes a la fase de comprensión y aceptación, permitiendo que vuelva a aparecer el optimismo.

Haz deporte el mismo día del diagnóstico de la enfermedad

Está claro que esto lo podrás hacer si tienes movilidad, pero por poco que puedas, no dejes pasar la ocasión. Es muy probable que hacer deporte sea lo último que te apetece hacer, pero créeme cuando te digo que, aunque solo sea andar, te va a reportar enormes beneficios.

Recientemente escribí un post hablando de cómo el deporte afecta los hemisferios del cerebro ayudando a la gestión de ese impacto generado por el diagnóstico, puedes leerlo aquí

El deporte que se debe hacer no es en ningún caso extremo, sino que debe ser aeróbico, que te canse un poquito, pero no mucho, y sin la necesidad de que sea muy perlongado en el tiempo. Algunos estudios afirman sólo se requieren 7 minutos al día de deporte con una intensidad alta. Quien no tiene 7 minutos?

Duerme lo suficiente, lo que te pida el cuerpo

Dormir lo suficiente es esencial, y hacerlo cuando lo pide el cuerpo es una gozada. Después del diagnóstico de la enfermedad ya asumimos que algo pasa, y debemos ser conscientes que en este sentido el cuerpo es muy sabio. Si el cuerpo pide dormir, para que vamos a mantenernos despiertos.

Dormir lo suficiente no es dormir 14 horas seguidas, personalmente me resulta mucho más efectivo dormir una media de 6-8 horas por la noche y luego durante el día, dejarse dormir cuando el cuerpo lo pide. Considero que dormir muchas horas del tirón hace que el cuerpo este mucho rato parado y atrofia la musculatura.

La parte esencial de dormir son los procesos mentales que se producen durante este periodo, hay que tener en cuenta que en el sueño se gestionan todos los impactos biológico-emocionales que se han producido, y especialmente en la fase REM.

Dedícate a ti

Todos deberíamos dedicarnos a nosotros de manera prioritaria en todo momento, pero después del diagnóstico de la enfermedad, lo deberías hacer especialmente.

Ha llegado el momento de priorizarse por encima de todo, todos los que dependen de ti podrán sobrevivir si te tomas unas vacaciones de contentar a todo el mundo. Aprende a decir NO, ante todo responde que no, porque si luego lo que te piden te apetece, siempre podrás decir que Sí, al revés es mucho más difícil e incomprensible de hacer.

Priorízate, y fíjate que los que te rodean, si realmente les importas, lo entenderán y lo aceptarán. Si no es así, replantéate si realmente quieres eso….

Es tu momento para hacer cambios en tus relaciones con las personas queridas, ellos entenderán que tu actitud sea distinta, y ahora puedes amoldar tu manera de ser a como realmente eres y hasta el momento tenías parcialmente reprimida…

Sal a la calle, disfruta de los tuyos

Evidentemente el aire fresco es fundamental para la salud, y no permanecer siempre encerrado entre cuatro paredes estimula el cuerpo. Si además eso lo puedes combinar con visitas a amistades y actividades con tus seres queridos, te va a llenar de optimismo y felicidad.

Uno de los remedios para todo es la risa, así que no tengas pereza de quedar con aquellos que disfrutas, reírte y pasarlo bien. Que tengas un diagnóstico no significa que no puedes ser feliz y reírte.

Esto se puede hacer combinando actividades, puedes quedar con quien te apetezca y además ir a andar, y hablar, y esto es muy importante, de las cosas que te inquietan. Pero cuidado! La persona con la que hablas debe ser abierta, sino puede minarte el estado de ánimo y tus planes, y esto no te interesa nada, estas en el momento de creer en ti por encima de todo…

Agradece cada día por la mañana y por la noche

Agradecer a la vida es especialmente difícil cuando te dan el diagnóstico de la enfermedad, pero es en ese momento cuando es más necesario. Es una manera de decirte que a pesar de la situación sigue habiendo cosas por las que seguir adelante, por las que tener esperanza, y aunque no me gusta esta palabra, por las que luchar.

Agradecer te predispone ante la vida a ver su belleza, a disfrutarla, a darse cuenta de la multitud de pequeñas cosas que te reportan satisfacciones y que en muchas ocasiones no valoras porque forman parte de tu rutina.

Puedes hacer tres agradecimientos por la mañana cuando te levantas y tres más por la noche antes de irte a dormir. Agradecer cuando arrancas el día o cuando lo cierras es dar un mensaje a tu mente de abundancia y felicidad. Recomiendo escribirlo en una libreta, porque si bien uno lo puede pensar, el escribirlo conlleva el compromiso con uno mismo.

Ayuda a otros, siéntete útil

No hay peor forma de actuar que dejarse llevar por la desidia bajo la excusa de la enfermedad. Debes recordar que el cuerpo sigue a la mente, pero este es un proceso bidireccional, si la mente está en fase de “no me apetece nada” el cuerpo no tira, pero conociendo esto, podemos cambiar la postura corporal, sonreír, y forzando la postura va a cambiar nuestra mentalidad…

Aprovecha que tienes tiempo, y ayuda a otros. Eso te permite sentirte útil y valorado, y lo mejor de todo es que te lleva hacia el camino de la felicidad. El altruismo y ayudar a otras personas es una autopista hacia la felicidad.

Una vez leí un estudio que decía que la cantidad mínima ideal de ayuda a los otros para optimizar la felicidad es de 100 horas anuales. Eso son sólo dos horas a la semana y si uno se para a pensar, enseguida están hechas… que si ayudas a tu hijo a hacer los deberes, que si un familiar te pide que le hagas una gestión… hay infinidad de cosas que puedes hacer, y si no sabes a quien ayudar hay muchísimas ong que agradecen cualquier ayuda.

Planifica tu futuro

He observado que las personas que padecen enfermedades como lo depresión no tienen objetivos de vida, no saben hacia donde se dirigen, y eso les hace divagar por el camino de la vida.

Ante el diagnóstico de la enfermedad, cualquiera puede caer en la fase depresiva del duelo, y de la misma manera, cualquiera puede salir de ella sin hincharse a pastillas. Sólo se requiere plantearse objetivos, y no me refiero al objetivo de sanarse (entiendo que cualquiera va a querer esto), me refiero a objetivos de vida, ¿qué quiero hacer con mi vida dentro de X años? ¿Cuál es mi vida ideal y qué puedo hacer para obtenerla?

Recuerda que los objetivos deben ser concretos, medibles, comprobables y sobre todo que dependa de ti alcanzarlos…

El compromiso

Todas estas sugerencias son totalmente compatibles las unas con las otras, de manera que si quieres hacerlas todas, puedes. Pero las personas no hacemos cambios bruscos de un día para otro, y querer hacerlo así aumenta la probabilidad de no éxito.

Si te encuentras que ya te han dado el diagnóstico de la enfermedad y quieres arrancar con las sugerencias, empieza por una, sólo una, y comprométete. Tu compromiso y su cumplimento te llevará a la satisfacción que alimentará las ganas de adquirir más compromisos.

No te voy a decir cuál es la sugestión que yo considero más importante, eso depende de cada uno, pero sí que te voy a pedir que te comprometas ahora mismo a emprender una, sólo una de estas sugerencias. Ah y cómo los compromisos públicos y por escrito tienen mayor probabilidad de ser cumplidos te invito a que dejes tu compromiso en los comentarios… ¿A qué te comprometes?

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