El futuro de tus hijos depende de lo que tú hagas hoy en día.

Sí, estoy seguro de que los estas criando de la mejor manera posible, sin embargo nadie nace aprendido y todos pasamos por ese proceso de prueba-error en el que nuestra única finalidad es darles a ellos lo mejor de nosotros.

Sin embargo, en muchas ocasiones no conocemos otra manera de educar y repetimos muchos patrones de nuestros padres, a pesar de habernos dado cuenta de que quizás no fueron los mejores para nosotros.

La educación que das a tus hijos no es estándar, cada niño es un mundo, con sus capacidades, su personalidad y su carácter, pero existe una esencia en la educación que permite que saquen lo mejor de si mismos. Si no te encargas tu de establecer esos cimientos educativos les costará mucho más obtenerlos y eso los puede llevar a sufrir problemas o a meterse en ellos.

Deberías tener en cuenta que sus padres son sus referentes, especialmente hasta los 7 años, y de ellos aprenden las conductas, la forma de relacionarse y el potencial que puedan sacar, es por eso que estas 4 claves no solo determinarán el futuro de tus hijos sino que además también el tuyo.

La inteligencia emocional y el futuro de tus hijos

Ojalá nuestros padres hubieran conocido la potencia de la inteligencia emocional y su promoción. Estoy seguro de que hicieron lo que supieron y de la mejor manera que podían hacerlo, igual que ahora lo haces tú con tus hijos. La suerte es que en este momento es fácil encontrar información sobre ello y sólo tendrás que aplicarlo.

para cambiar al mundo, primero debes cambiar tú mismo y el mundo cambiará

Dentro de la inteligencia emocional se desarrollan habilidades que llevan a los niños a integrar los niveles emocionales, tales como la resiliencia, la actitud, la autoconsciencia, la intuición social, la capacidad de enfoque y la sensibilización al contexto.

Todos ellos proporcionan recursos que llevan a los niños y los adultos a obtener una mayor calidad de vida y felicidad, a saber, superar las situaciones difíciles que en la vida se pueden producir, a relacionarse mejor con el entorno, a conocerse uno mismo o incluso a tener salud física y psicológica.

Si quieres conocer más sobre la inteligencia y los niveles emocionales en este artículo está ampliado.

La educación a través de la emoción

Este es otro punto clave para el futuro de tus hijos, y fundamental para su aprendizaje. La emoción en lo que vivimos y aprendemos determinará su grabación en nuestra memoria, ya sea la consciente o la inconsciente.

Si te pregunto donde estabas el 11 de septiembre de 2001 cuando hubo el ataque a las torres gemelas, es fácil que lo recuerdes porque ahí había un impacto emocional, en cambio si te pregunto por lo que hacías el día 12 de marzo de 2018 vas a tener que hurgar en tu mente, a menos que lo que vivieras fuera una fecha señalada o con carga emocional.

Con el aprendizaje pasa lo mismo, todos recordamos algunos maestros que hemos tenido y sus enseñanzas por la emoción que ellos despertaban en lo que hacían y como lo hacían.

Por este motivo es muy importante que cuando quieras enseñar a tus hijos lo hagas usando cargas emocionales, y que estas sean positivas, pues si la cara emocional es negativa lo que se aprende se asocia con algo malo y eso tiende a pasar del consciente al inconsciente.

¿Alguna vez habías oído decir aquello de que “la letra con sangre entra”? pues los conocimientos que así se adquirían pasaban a generar rechazo con lo que a pesar de tenerlos no se quería saber ni aprender más…

Un buen momento para aprender es cuando se lo están pasando bien, pero ahí ya dependerá de tu habilidad para meter el aprendizaje sin romper la harmonía del momento.

Otro buen momento es justo antes de ir a dormir y explicar un aprendizaje mediante un cuento o una metáfora. Eso suele ser muy efectivo.

El efecto Pigmalión y el futuro de tus hijos

El efecto Pigmalión es la consecuencia de proyectar o presuponer algo sobre cualquier persona. Digamos que es la profecía cumplida sobre alguien.

Fue descubierto por Rosenthal, quien haciendo un test de inteligencia a un grupo de alumnos mezclo los más inteligentes y los menos y luego los dividió en dos grupos que harían el mismo curso escolar. A uno de los profesores se le dijo que los alumnos que tenía eran los más listos, y al otro se le dijo que su grupo era el de los menos listos. El caso es que al acabar el curso escolar, el rendimiento medio de los alumnos del profesor al que se le había dicho que eran los más listos, era mucho mayor que el de los otros.

Rosenthal llegó a la conclusión que el hecho de pensar que los alumnos eran más listos generó que le profesor diera mayores y mejores conocimientos, en cambio con el otro grupo, el profesor no les exigía tanto.

Esto trasladado a la vida familiar se traduce en que en función de como veas a tus hijos ellos darán más de si mismo. Pero eso tiene un inconveniente, y es que se corre el riesgo de generar frustración, así que el equilibrio entre lo que se espera de él y lo que puede dar es fundamental y eso requiere de atención y acompañamiento.

Hablar en clave de potenciar el futuro de tus hijos

Según la manera como alguien habla, lo que dice y como lo dice, en menos de 10 minutos se puede saber como es su vida, y es que no nos damos cuenta de que continuamente estamos proyectando nuestra vida en las palabras que decimos. Cuando la persona que habla muestra quejas, limitaciones o desidia es fácil adivinar que no tiene una vida muy exitosa…

De la misma manera cuando les hablas a tus hijos puedes hablarles en clave de potenciar o en clave de limitar.

Para hablar en clave de potenciar es necesario que el lenguaje sea positivo, enfocado a los logros mejor que a los fracasos. Hablar de fracasos o limitaciones genera rechazo. No es lo mismo decirle a un niño que estudie que si no va a suspender, que decirle que estudie para obtener un buen resultado.

Y es que la manera como el inconsciente recibe los conceptos y los pensamientos que estos  comportan ir hacia una dirección y no hacia otra.

Para que quede claro… si te digo que no imagines un elefante rosa, ¿qué has imaginado? Para no hacer o imaginar algo lo primero que hace nuestro cerebro es imaginar lo que no quiere imaginar, así establece una referencia. En ese momento la imagen de lo que NO se quiere ya ha pasado por el cerebro y se ha establecido en él. Eso lo evitamos si no lo mencionamos y en eso se basa la comunicación en clave positiva. Esto es especialmente importante cuando ordenas o sugieres a tus hijos.

Otro aspecto que tener muy en cuenta es el uso de creencias, porque de estas creencias que le llegan de sus referentes puede generar su creencia limitante y una vez establecida observará el mundo bajo este prisma y sus experiencias irán hacia la dirección de reafirmar lo creído.

Una historia que me encanta contar a mi hijo para que entienda que la vida tiene el color en función de las gafas que llevas es la de un viajero que llega a un pueblo y le pregunta a un oriundo;

-Disculpe, una pregunta, ¿qué tipo de personas viven en este pueblo?

Él se lo mira y le responde con otra pregunta, “dígame usted, ¿qué tipo de personas viven en el pueblo del que procede?”

-Uf, son personas frías y malas- le dice con un ademán de desprecio

– Pues aquí va a encontrar el mismo tipo de personas….- le dice el oriundo

Una tercera persona se incorpora a la conversación y les dice; Eso no es cierto, yo he vivido en su pueblo y las personas son buenas, amables y cálidas, como las de aquí…

Así pues, si lo que ves en tu día a día no te gusta, trabaja tus creencias.

Alguien dijo que para cambiar al mundo, primero debes cambiar tú mismo y el mundo cambiará. Y si eso puedes moldearlo en tus hijos su mundo será genial.

 

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